Historia y ambientación

Me llamo Alba Rivas, puedo ver cosas que nadie más puede ver, ese es mi secreto. Algunos los llaman fantasmas, otros espíritus, pero mi abuela prefiere llamarlas almas en transito.

Tenía 11 años cuando acompañé a mi abuela a la casa de uno de mis compañeros de clase, Nicolás, debía ser una reunión familiar, porque había mucha gente allí. Mi abuela me pidió que me acercara a Nicolás para hablar con él. Me acerque a él y lo salude, también le comenté que mi abuela me había dicho que no quería hablar con ella, que lo había intentado y él no quería. El me respondió que un señor se lo había prohibido. Yo le dije que mi abuela quería saber si él había visto la luz, y él me dijo que la había visto, pero que el señor le había dicho que no fuera hacia ella, que todo era mejor si se quedaba con él. Yo le dije que no me parecía una buena idea, y él simplemente se encogió de hombros.

En ese momento se me acercó la madre de Nicolás, y me dijo que si quería verlo, que parecía que estaba dormido. La acompañe hasta un ataúd, donde se encontraba Nicolás. Me giré hacia donde él estaba sentado en la escalera y volví a mirarlo al ataúd, confundida. Mi abuela se me acercó y me dijo que si volvíamos a casa y yo le dije que él estaba en el ataúd, que Nicolás estaba muerto, y ella me dijo que después me lo explicaría.

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Actualmente corre el año 2013, Alba tiene 23 años que acaba de trasladarse a Bellavista para regentar una tienda de antigüedades junto a su amiga Andrea. Recientemente su abuela ha venido a visitarla y Alba se está viendo envuelta en unos sucesos extraños.